Una de las más eficaces tácticas del Capitalismo es enfrentar a las clases bajas; haciendo que unos se culpen a otros del mal que en realidad ha provocado la élite financiera. Criminalizar a los sindicatos, poner en conflicto a las tendencias de izquierda, enfrentar a trabajadores de un sector en lucha, dando beneficios a unos pocos mientras cabrean al resto, ilegalizar la protesta para acojonar a los más débiles o darle un sentido de color político y no SOCIAL.
Una de las tácticas más repetidas es señalar al inmigrante. Ese al que ignoramos cuando nos hacía el trabajo que nadie quería por cuatro perras, mal pagado, sin papeles y sobre-explotado. Los que ahora son señalados como causa de mal. Ellos nos roban el trabajo, nos colapsan la Sanidad y son, en su mayoría, delincuentes (táctica de los medios de señalar la nacionalidad si hay un delito a cargo de un inmigrante). El plan no es nuevo, se repite. Lo malo son las consecuencias. Más de una vez se fue de las manos y acabamos inmersos en el peor de los FASCISMOS. Primero irán por los inmigrantes, después por las ideas, ¿después?...
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